viernes, 24 de junio de 2016
EL LEGADO DE ALEM
En las críticas y difíciles
circunstancias que vive la Nación, con fuerzas de la reacción descontroladas,
es preciso que todos los que hacen política y no resignan sus sueños por un
país mejor, tengan en el pensamiento de Don Leandro, una guía y bandera de
lucha, en razón de la gran vigencia que conserva el mismo.
Decía
Alem el 13 de Abril de 1890, al ser designado presidente de la Unión Cívica:
"La vida política de un pueblo marca la condición en que se encuentra,
marca su nivel moral, marca el temple y la energía de su carácter. El pueblo
donde no hay vida política es un pueblo corrompido y en decadencia, o es
víctima de una brutal opresión.”
No hay
dudas que desde el gobierno, como en todas las dictaduras y con la complicidad
de muchos medios y comunicadores interesados, nos quieren llevar a una condición de anomia social.
“Cuando el ciudadano participa de la vida política, se identifica con la
patria, la ama profundamente, se glorifica con su gloria, llora con sus
desastres y se siente obligado a defenderla porque en ella cifra su más nobles
aspiraciones.”
“¿Pero
se entiende entre nosotros así, desde algún tiempo a esta parte? Ya habréis
visto los duros epítetos que los órganos del Gobierno han arrojado sobre esta
manifestación (opositora). Se ríen de los derechos políticos, de las elevadas
doctrinas, de los grandes ideales.”
Quieren convencer a toda la ciudadanía que la militancia política
popular es corrupción y por ello desprecian visceralmente expresiones como,
patria para todos y democracia para siempre.
“¿Y
qué política es la que hacen ellos? El gobierno no hace más que echarle la
culpa a la oposición de lo malo que sucede en el país”. (La pesada herencia)
“¿Y
qué hacen estos sabios economistas? Muy sabios en la economía privada, para
enriquecerse ellos;” en su plutocracia avara que esconde sus tremendas fortunas en cuentas of shore y
paraísos fiscales.
No hay,
no puede haber buena finanzas, donde no hay buena política. Buena política
quiere decir: respeto a los derechos; buena política quiere decir: protección a
las industrias útiles y no especulación aventurera para que ganen los parásitos
del poder”, los Ceos de las multinacionales amigas y la patria financiera.
Para
hacer buena política se necesita grandes móviles, se necesita buena fe,
honradez, nobles ideales, se necesita en una palabra patriotismo...Pero con
patriotismo se puede salir con la frente altiva, con la estimación de los
conciudadanos, con la conciencia pura, limpia y tranquila, pero también con los
bolsillos livianos.
Alem
al igual que hoy, alertaba sobre lo que podría sobrevenir y por ello exhortaba:
“ Tenemos que afrontar la lucha con fe, con decisión. Es una verdadera
vergüenza, un oprobio lo que pasa entre nosotros: todas nuestras glorias están
eclipsadas; nuestras nobles tradiciones olvidadas, nuestro culto bastardeado,
nuestro templo empezaba a desplomarse y, señores, ya parecía que íbamos
resignados a inclinar la cerviz al yugo infame y ruinoso; apenas si algunos nos
sonrojábamos de tanto oprobio."
Pese a
los avances del régimen y los retrocesos sociales, la historia nos enseña, que
siempre el pueblo termina derrotando a los que se creen impunes, ya que su
marcha, parafraseando a Gabriel Celaya, es un arma cargada de futuro.
Quizás
para muchos que se han acostumbrado a hacer política "light", llena
de globos de colores, estas consideraciones puedan parecer anacrónicas, pero
para mí encierran el verdadero sentido de la política comprometida, donde el
éxito no puede ser un fin en sí mismo.
Para
los que se dicen radicales y hacen política en nombre de ese partido, sepan que
están frente a una disyuntiva de hierro; son: "la causa contra el régimen
o no son nada", no es un problema de matices, es una elección de vida.
Como
decía José Martí: "A LA RAÍZ VA EL HOMBRE VERDADERO. RADICAL NO ES MÁS QUE
ESO: EL QUE VA A LAS RAÍCES. NO SE LLAME RADICAL QUIEN NO VEA LAS COSAS EN SU
FONDO. NI HOMBRE QUIEN NO AYUDE A LA SEGURIDAD Y DICHA DE LOS DEMÁS
HOMBRES".
Ricardo Mascheroni – docente 24-06-16