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miércoles, 27 de mayo de 2015

NUESTRA PROPIA HISTORIA , MANZI, LARRALDE Y LA CONTRADICCION FUNDAMENTAL

NUESTRA PROPIA HISTORIA, MANZI, LARRALDE Y LA CONTRADICCIÓN FUNDAMENTAL
Aunque dicen los que saben, que la coherencia política no se explica, sino que se practica, hay momentos en que, y sobre todo, para los duros de entendederas, es bueno hacer algunas excepciones sobre este tema, en momentos en que la confusión de ideas es preocupante y en que el utilitarismo y arribismo electoral se han erigido en la norma que atraviesa todas las organizaciones políticas, empresariales y comunitarias.
Todo lo que tiene de cierto el dicho. “De sabios, mudar de consejo es”, no implica para nada mudar de principios, menos desconocer las lecciones de la historia, aunque para algunos sea conveniente o políticamente correcto.
Para aquellos que nos iniciamos en la militancia radical setentista, antes del fenómeno Alfonsín, la formación doctrinaria y principista era algo natural, que hacía a nuestra identidad y pertenencia partidaria, hoy dejada de lado absolutamente.
Por ello es bueno releer algunas de las históricas posiciones que hacen a nuestra identidad y mirarnos en el espejo de aquellos próceres que hicieron grande a la U.C.R. como parte integrante del campo popular y no como forros de los sectores de poder tradicionales de la Argentina.
                Me eximo de echar mano a don Hipólito en aquello de la “causa de la reparación nacional”, ya que sus posiciones son bastante conocidas, no por ello respetadas o cumplidas por quienes, producto de componendas, se autodenominan la dirigencia partidaria, por lo que me voy a referir a otros hechos menos conocidos.
                En su momento Crisólogo Larralde, que se negó a formar parte de la Unión Democrática, reflexionaba: “El 17 de Octubre salió el pueblo a la calle. Creyó que las llamadas conquistas sociales corrían peligro de desaparecer y afirmó su derecho a mantenerlas. El pueblo habló, gritó, desfiló, realizó agresiones, llenó de inscripciones las paredes, dijo lo que le parecía justo”.
                Como en estos tiempos, expresaba: “Asistimos a la condenación de las manifestaciones populares del 17 y 18 de Octubre; observamos que diarios, gremios, instituciones y partidos se empeñan en demostrar que los manifestantes no fueron el pueblo ni los obreros auténticos”, confesando seguidamente: “El ciudadano que escribe este artículo, hijo de una inmigrante que trabajó como sirvienta y de un obrero que perdió hace 8 años su vida mientras conducía un carro, declara que en esa multitud que desfilo encontró gente del pueblo. El autor de este artículo se encontró a sí mismo en los niños de zapatillas rotas y mal vestidos; en muchos casos o en todos los que fueron tildados de descamisados. Él también conoció, con sus 5 hermanos, el hacinamiento de una sola habitación y la promiscuidad de los inquilinatos; supo que es carecer de medias, ropas, botines y -alguna vez- comenzó sus estudios secundarios poniéndose los pantalones largos de su padre, un saco “rehecho por su madre”, camisa y sombrero usados, provistos por algún generoso vecino.
                «Queremos los radicales servir en esta lucha una causa de carácter extrapartidario; de carácter humano. Nadie piense que estamos recorriendo el país para hacer prosperar candidatos; nadie sea tan crédulo y tan ingenuo de pensar que estamos luchando por el éxito electoral de un partido, por las posiciones, por los cargos políticos, por lo que hay de personal en esta contienda». «Queremos que las palabras “revolución social” de que ha hablado el presidente de la República, se conviertan mediante nosotros en un hecho generoso y positivo para bien de todos.
                Por su parte Homero Manzi (fundador de FORJA) en diciembre de 1947 en referencia al peronismo, decía: “gran parte de la concepción revolucionaria no sólo coincide con los grandes enunciados del radicalismo sino que proviene de él. Por eso no queremos compartir la postura de oposición sistemática y recalcitrante asumida por el comando (dirigencia) radical  y por el bloque de diputados nacionales del radicalismo. Nosotros necesitamos que la U.C.R. no caiga, en un peligroso juego de oposición antiperonista, en un campo reaccionario y antiradical.” Tal lo que ocurre actualmente.
                Seguidamente decía: “Entendemos que la política no es un torneo deportivo donde siempre se baja a la arena  para derrotar al adversario. Cuando en política el adversario puede dar cumplimiento a los mismos principios a que nosotros aspiramos, sólo cabe secundar e impulsar su realización.” “Seremos solidarios con la causa de su revolución que es esencialmente nuestra propia causa. Para ello no tenemos por qué abdicar de nuestro radicalismo, ni por qué sumarnos al movimiento peronista.”
                En esos días también, el Movimiento Radical Revolucionario se expresaba en idéntico sentido: “Deseando llevar su palabra de esclarecimiento en esta hora grave para el partido, el que se encuentra desorientado y cada vez más lejos de los reclamos populares y de la realidad nacional.”
                En los 70, siendo muy jóvenes adheríamos a los postulados del documento “La contradicción fundamental”, en el que a través del mismo, marcábamos la esencia del conflicto del país: “Los protagonistas de esta contradicción son: el Pueblo Argentino por un lado y el complejo antinacional oligárquico-monopólico-imperialista por el otro. Son dos campos sociales, dos polos económicos, política e históricamente irreconciliables, a los que también denominamos Pueblo y antipueblo.”
                “Componen el campo del antipueblo, los grupos económicos y empresariales vinculados al imperialismo norteamericano, inglés, europeo y multinacional, la oligarquía terrateniente, los monopolios exportadores e importadores y de la intermediación, y la oligarquía financiera. Cuantitativamente conforma el 5 % de la población y posee en sus manos la inmensa mayoría del poder económico y de la producción Argentina. Históricamente ha tenido el manejo de los resortes económicos y culturales claves y es el gran responsable del atraso del país, por haber utilizado siempre el trabajo del Pueblo Argentino en función de sus intereses parasitarios.
                “La lucha que por años protagonizaron peronistas y radicales, por ejemplo, con tener sus justificativos parciales (contradicción secundaria), perdió de vista que por sobre ella debía existir una coincidencia fundamental entre ambos en cuanto a las pautas fundamentales del país que necesitamos. Esta afirmación no implica distribuir culpas sino hacer experiencia histórica, comprendiendo los errores que el campo popular cometió al antagonizar sus enfrentamientos intestinos. Ello dividió fuertemente al pueblo, a sus conducciones políticas, a sus clases sociales, y permitió que sobre ésta división cabalgaran quienes tenían intereses contra puestos a los intereses de la mayoría de los argentinos representados por el peronismo y el radicalismo.”
                “Por lo tanto, si el enemigo de la Nación ha intenta do sistemáticamente imponer su máxima dividir para reinar, nuestra respuesta debe ser la unificación de las fuerzas que componen el campo popular, …pues a la gigantesca y poderosa alianza del antipueblo, sólo se la podrá derrotar y vencer con una alianza social más poderosa e invencible: la que inexorablemente tomará el Pueblo Argentino.”
                “Detectar con claridad a los enemigos nos marca el límite de nuestras alianzas y la diferenciación de nuestras luchas. Con el enemigo hay que luchar, con los aliados hay que concertar. No podemos concertar con la peste financiera, con la violación de los derechos humanos, con el poder antidemocrático e ilegítimo, con el seguidísimo internacional. Con todo esto tenemos que terminar.”
                Mal que le pese a muchos, todavía algunos de aquellos jóvenes seguimos creyendo lo mismo, más allá de nuestras propias conveniencias personales.
                A los que pueden no entender estas posiciones, les digo con franqueza, que CON EL OFICIALISMO NACIONAL TENGO DIFERENCIAS O PUEDO HACERLE MUCHAS CRÍTICAS, PERO CON LOS TIPOS QUE ARMARON LA NUEVA UNIÓN DEMOCRÁTICA, COMO DIRÍA SERRAT, TENGO ALGO PERSONAL, por cuanto son parte necesaria de lo nefasto que tiene nuestra historia y que debe ser desterrado definitivamente.
RICARDO LUIS MASCHERONI - Docente