miércoles, 1 de julio de 2015
LEANDRO N ALEM
RECORDANDO AL DR. LEANDRO N. ALEM Un 1° de Julio de 1896,
fallecía uno de los prohombres de la Unión Cívica Radical y protagonista
principal de la política argentina de fines del siglo XIX, el Dr. Leandro N.
Alem.
En los
tiempos actuales, es importante que los argentinos, radicales o no, que sueñan
con un país mejor, conozcan el pensamiento de Don Leandro, como enseñanza y
ejemplo para las generaciones venideras.
Decía
Alem en el meeting del 13 de Abril de 1890, al ser designado presidente de la
Unión Cívica:
"La vida política de un pueblo marca la condición en que se
encuentra, marca su nivel moral, marca el temple y la energía de su carácter.
El pueblo donde no hay vida política es un pueblo corrompido y en decadencia, o
es víctima de una brutal opresión.
Cuando
el ciudadano participa de las impresiones de la vida política, se identifica
con la patria, la ama profundamente, se glorifica con su gloria, llora con sus
desastres y se siente obligado a defenderla porque en ella cifra su más nobles
aspiraciones.
No
hay, no puede haber buena finanzas, donde no hay buena política. Buena política
quiere decir: respeto a los derechos; buena política quiere decir: aplicación
recta y correcta de las rentas públicas; buena política quiere decir:
protección a las industrias útiles y no especulación aventurera para que ganen
los parásitos del poder; buena política quiere decir: exclusión de favoritos y
de emisiones clandestinas.
Para
hacer buena política se necesita grandes móviles, se necesita buena fe,
honradez, nobles ideales, se necesita en una palabra patriotismo...Pero con
patriotismo se puede salir con la frente altiva, con la estimación de los
conciudadanos, con la conciencia pura, limpia y tranquila, pero también con los
bolsillos livianos.
Tenemos que afrontar la lucha con fe, con decisión. Es una verdadera
vergüenza, un oprobio lo que pasaba entre nosotros: todas nuestras glorias
estaban eclipsadas; nuestras nobles tradiciones olvidadas, nuestro culto
bastardeado, nuestro templo empezaba a desplomarse y, señores, ya parecía que
íbamos resignados a inclinar la cerviz al yugo infame y ruinoso; apenas si
algunos nos sonrojábamos de tanto oprobio."
Creo
que sus palabras nos eximen de mayores comentarios y configuran una verdadera
lección de moral y honestidad republicana, que reivindica la militancia y los
ideales, como única forma de hacer política y que tal vez por ello están
ausentes de los contenidos de la enseñanza ciudadana, en que el éxito por
cualquier medio son un valor en sí mismo y en la que la de muerte de las
ideologías sigue vigente para muchos.
Quizás
para aquellos que se han acostumbrado a hacer política "light" estas
consideraciones puedan parecer anacrónicas o pasadas de moda, pero en mi
modesta opinión encierran el verdadero sentido de la política comprometida,
donde el éxito no puede ser un fin en sí mismo y que todo se justifica
independientemente de si es correcto o incorrecto.
Por
ello entiendo que quienes hacen política dentro del radicalismo están frente a
una disyuntiva de hierro o son "la causa contra el régimen o no son
nada", no es un problema de matices, es una elección de vida.
Como
dijo José Martí: "A LA RAÍZ VA EL HOMBRE VERDADERO. RADICAL NO ES MÁS QUE
ESO: EL QUE VA A LAS RAÍCES. NO SE LLAME RADICAL QUIEN NO VEA LAS COSAS EN SU
FONDO. NI HOMBRE QUIEN NO AYUDE A LA SEGURIDAD Y DICHA DE LOS DEMÁS
HOMBRES".
Ricardo L. Mascheroni - Docente